2.1. Uso de redes sociales.
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Las redes sociales son los canales más inmediatos y accesibles que puede ofrecer la institución a la ciudadanía. En los últimos años, su uso creciente hace imprescindible estar en ellas para acercar la información de servicio público, establecer conversación con la ciudadanía y ser una vía de resolución de dudas.
En el campo de la democracia directa, las redes sociales ayudan a anunciar los procesos de toma directa de decisiones que se abren, a explicar las herramientas de participación y cómo usarlas. Para que alrededor de estas redes surjan comunidades de usuarios, debe añadirse frecuentemente contenido útil y atractivo.
Es aconsejable alternar el anuncio de novedades institucionales (como por ejemplo, el inicio de un proceso o sus resultados) con contenido didáctico e información externa sobre participación de la propia plataforma o de otras partes del mundo.
Consejo práctico: para conseguir que un contenido sea atractivo hay que recurrir al uso de material audiovisual, imágenes, GIF, vídeos, etc. En ocasiones es complicado encontrar fotos que ilustren lo que queremos comunicar. Se pueden crear plantillas que combinen el uso de fotos, colores planos, textos, citas, iconos, etc., que sigan la línea gráfica de nuestra imagen corporativa y que nos identifiquen y distingan en redes sociales. Herramientas inspiradoras en este sentido son Canva, Pablo, Genially o Piktochart, entre otras.
También es recomendable atender los comentarios y peticiones de los usuarios y usuarias. Entre las críticas constructivas que recibamos seguro que encontraremos pistas sobre qué información reclaman, como por ejemplo, conocer el estado de ejecución de un proyecto de presupuestos participativos, o saber cuándo comienzan y acaban ciertos procesos.
Con el fin de dar consistencia a nuestra comunicación en redes sociales, es aconsejable establecer una guía de estilo que defina la línea editorial, el tono de las comunicaciones, la forma de comunicarse con los usuarios, cuestiones de estilo, cómo se animará e interactuará, así como el protocolo de actuación, ante cualquier comentario negativo o error que podamos cometer, para hacer frente a una crisis online.
Consejo práctico: para el día a día es muy útil crear un calendario editorial que permita planificar semanalmente los mensajes y las temáticas que se quieren comunicar, los tipos de contenido y a través de qué canales es más adecuado distribuirlos.